Cultura contemporánea y ruralidad

Cabredo / 26-28.09.2022

El fin de semana del 26 al 28 de agosto nos fuimos a Kabredo con una intención concreta: hacer un doble taller para niñxs y adultxs que relacionase el dibujo con el conocimiento y la observación de la fauna y flora salvaje del entorno del pueblo.

Para ello contamos con la ayuda de Txufis, un joven residente en Kabredo apasionado de la fauna salvaje. Fotógrafo experto en primeros planos de zorros, serpientes, nutrias, ardillas y gran amante de las aves y sus migraciones.

Txufis nos llamó la atención desde el primer momento, entre otras cosas, porque en un pueblo tan pequeño es imposible no fijarse en un tío con el pelo rosa. También es una de esas personas que saluda y habla con todo el mundo, desprendiendo simpatía, carisma y flow 2023.
Nos hizo mucha ilusión su propuesta para participar en nuestro proyecto con su idea de concienciar al pueblo sobre la educación ambiental.

Así pues, después de algunas llamadas y reuniones online decidimos mezclar su idea de charla dinámica con un taller de dibujo sencillo que nos ayudase a generar material gráfico y sirviese para romper la barrera de terror que generalmente tienen lxs adultxs a garabatear con un lápiz.

A la sombra de un nogal y rodeadas de lxs niñxs del pueblo, el viernes 26 de septiembre aprendimos a diferenciar un pino de un abeto, a apreciar las singularidades de las hojas de un roble marojo o a reconocer la cantidad de encinas que rodea al pueblo.

Cuando llegó el turno de los animales, además de enseñarnos algunas de sus fotos impresas, tuvimos el placer de acceder a su colección de tesoros encontrados en el bosque, como calaveras de tejón, buitre, corzo y  una buena cantidad de plumas de búho.

A partir de los tesoros que nos prestó Txufis estuvimos haciendo un ejercicio sencillo de dibujo basado en la observación atenta de un objeto. Este ejercicio fue extraído del proyecto “La Escuela Del Garabato” del dibujante y educador Martín López Lam y consiste en dibujar un objeto de pequeñas dimensiones a gran escala. Basado en la idea de que dibujar es mirar con atención, la finalidad es evitar el calcado, potenciar la atención y trabajar el gran formato, evitando el tamaño A4, tan presente en el dibujo académico

Trabajamos en el suelo del frontón, sujetando los papeles al asfalto con cinta luchando contra el viento, mientras comíamos patatas fritas y pringábamos el suelo, nuestras manos y papeles de pintura acrílica al agua. Después, pegamos los dibujos en la pared de la sociedad, donde permanecieron hasta el domingo. Mucha gente se acercó a mirarlos, pero a nosotras, entre recoger los materiales y buscar un lugar en el que pasar la noche, se nos olvidó hacer una foto de la expo.

Al día siguiente, vimos que nuestros carteles estaban pegados por todo el pueblo, cosa que nos hizo mucha ilusión.

El Sábado 27, repetimos la experiencia con lxs adultxs, utilizando una sala de la ludoteca con proyector porque Txufis quería proyectar sus superfotos delante de todo el pueblo.

Antes de que la charla empezase y como respuesta a las amenazas de rebelión que habíamos escuchado la noche anterior en la cena (¡A mí no me hagáis dibujar! ¡Yo de todo, menos dibujar, eh!) utilizamos un ejercicio como terapia de shock con el pueblo entero y les hicimos dibujar un jabalí de memoria en 3 minutos. Qué resoplidos, qué aullidos, qué indignación. Es increíble el terror que puede causar el dibujo en gente adulta que no está acostumbrada a coger un lápiz. Al final, tanto protestar para que luego participasen todxs y saliesen unos jabalíes así de resultones:

La charla de Txufis volvió a ser un éxito total, no hubo fugas e incluso hicieron preguntas al final. Ahora sabemos distinguir qué serpientes son venenosas, cuándo migran las golondrinas o qué animales hay en La Balsa, uno de los grandes tesoros de los alrededores de Kabredo.

Al concluir la charla, pasamos a otra sala de la ludoteca que habíamos habilitado como taller de dibujo.  Dejamos el taller abierto a quien quisiera participar, y se llenó tanto el espacio que incluso varios tuvieron que compartir papel. Repetimos la actividad de dibujar un objeto pequeño en gran formato. En este caso dibujaron ranas, ciempiés, saltamontes, cráneos de buitre, gaviota, tejón y más plumas de búho.

Nos sorprendió mucho la participación de todo el mundo y terminamos el taller muy contentas. Resulta que Kabredo está lleno de dibujantes en potencia. Colocamos los dibujos en las paredes de la soci, al lado de los niños, y, por una noche, el frontón fue una gran exposición de dibujos de animales y plantas.

Esa noche cenamos juntxs bajo un cielo sin Luna y un montón de estrellas.

Andrea Ganuza, Karmele Oteros