Cultura contemporánea y ruralidad

Krutxalteatik Uronarat

Este verano me invitaron a Uztárroz donde hasta mi llegada se habían rodado 3 películas: dos ficciones para cine y un documental para la televisión japonesa, para el cual el equipo se instaló durante un año en el pueblo a finales de los años 80. Tras un periodo de investigación y de conversaciones con las personas del pueblo les propuse hacer una película colectiva en la que los habitantes decidirían cómo autorrepresentarse y cómo representar Uztárroz. Ellos cogerían la cámara y el sonido y dirigirían su propia película.

Pensé en mi papel como el de una facilitadora, pero la realidad no fue tan utópica y tuve que participar más de lo que me había imaginado en un principio. Me hubiese gustado que la relación fuese completamente horizontal pero tuve el papel de moderadora en las asambleas para decidir el contenido y guión de la película. La ayuda de las chicas de la Asociación Zuberrieta fue fundamental para animar a la gente a participar. El resultado fue muy positivo, se escucharon todas las voces y entre todas acordamos qué se filmaría en el verano. 

El rodaje se hizo de forma colectiva. Muchas personas del pueblo se animaron a coger la cámara y el micrófono para registrar lo que se había acordado en las asambleas. En algunas secuencias el equipo iba cambiando de mano en mano y en otras sólo una persona realizó cada una de las tareas, pero todas las decisiones fueron tomadas de manera colectiva y muchísimas personas colaboraron tanto detrás como delante de la cámara. El montaje también se ha hecho de manera participativa, abriendo el proceso e incorporando las ideas de las personas que han participado en la asamblea de montaje. 

Marina Lameiro