Cultura contemporánea y ruralidad

VALLE DE ARCE / PROTOCOLECTIVO/ «HERRAMIENTAS»

A mediados de 2011, Joan Fontcuberta lanzó su Manifiesto Posfotográfico. Como introducción a dicho texto, presentó los hechos sucedidos en lo que el designó como “El síndrome de Hong Kong”. En estas líneas el autor explica que hubo ocho fotógrafos de plantilla que cubrían la información local de uno de los principales periódicos de la ciudad, que fueron despedidos y suplantados por un colectivo de repartidores de pizzas con cámaras digitales por la misma empresa. ¿Cómo puede ser que profesionales de la fotografía fuesen sustituidos por repartidores de pizza? A lo que él responde con claridad y sensatez, que la decisión empresarial consistía en la agilidad.

Lo que planteamos como eje central de nuestra propuesta es repartir cámaras fotográficas deshechables entre todas las vecinas y los vecinos que se presten a colaborar en este proyecto. ¿Por qué fotografía? Porque es un lenguaje que nos ayuda a entender las diferentes realidades y a opinar sobre ellas. Porque hoy todos somos fotógrafos. Porque es una práctica que está inexorablemente unida a la memoria, pero, sin embargo, nos permite trabajar desde el aquí y el ahora, entroncando completamente con las prácticas de arte contemporáneas. ¿Por qué de un solo uso? Porque la tecnología analógica resulta muy pertinente para abordar un proyecto de esta naturaleza en este valle. Porque el hecho de no poder previsualizar las imágenes que tomen los participantes despierta cierta expectación que puede incrementar su interés en desplazarse para poder disfrutar de los resultados de su trabajo. Porque utilizar esta herramienta condiciona a los participantes a trazar series fotográficas (cuentan con entre 27 y 39 exposiciones) y, además, incrementa el compromiso con el proyecto en cuestión.

Si en el enunciado de Fontcuberta el principal valor que motiva “El síndrome de Hong Kong” es la agilidad, en nuestro caso el motivo fundamental es el alcance. Por un lado, la necesidad de abarcar el mayor número de puntos de vista posibles para tener una visión poliédrica del valle. Por otro lado, el alcance que solo puede dar la experiencia de habitar un lugar, trabajar sus tierras, arreglar sus casas… Si en el proyecto Landarte la colaboración resulta ser una condición, en nuestra propuesta para el Valle de Arce se convierte en una necesidad absoluta.