Landarte concluye con un balance muy satisfactorio de sus seis proyectos
Se presentan las propuestas de su quinta edición, donde se han realizado producciones audiovisuales, fotográficas, sonoras o performance.
La quinta edición de Landarte ha concluido con un balance “muy satisfactorio” a tenor de las valoraciones realizadas por todos los agentes participantes, tanto creadoras y creadores como las comunidades donde han trabajado, tal y como apunta el equipo coordinador de este programa impulsado por el Servicio de Acción Cultural de la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana, en el que también ha colaborado el Departamento de Desarrollo Rural.
En 2021, seis artistas y colectivos han trabajado en seis localidades rurales de Navarra donde han generado diversos procesos de creación cultural contemporánea en colaboración con sus habitantes. Así, el artista Taxio Ardanaz ha intervenido en el municipio de Ezprogui-Ayesa; el Estudio-taller de Arquitectura Conjunta (formado por Inés Castillo, Felipe Fuentes, Iker Ordoño y Arantxa Satrústegui) en Murieta; la dramaturga Ana Maestrojuán en Murillo el Fruto; la cineasta Arantza Santesteban en Valle de Araitz; el equipo de Pr0t0c0lectiv0 en Valle de Arce / Artzibar; y la artista Katixa Goldarazena en Zubieta.
Esta mañana se han presentado los resultados de todas estas propuestas desarrolladas entre los meses de julio y octubre bajo el lema ‘Cultura contemporánea y ruralidad’.
En la presentación han intervenido el director general de Cultura, Ignacio Apezteguia; el director del Servicio de Acción Cultural, Lorenzo García; los miembros del equipo de mediación, Anne Ibañez y Marc Badal (Kanpoko Bulegoa); el alcalde de Araitz, José Manuel Zubillaga; y la dramaturga Ana Maestrojuán.
Apezteguia ha destacado el “carácter innovador” de Landarte y ha definido este programa como “un laboratorio de creación cultural contemporánea que, a diferencia de otros muchos programas institucionales que son más verticales, finalistas, jerárquicos y cerrados, en este caso estamos ante un programa de creación cultural protagonizado por agentes que participan en un proceso de cocreación abierto que genera pensamientos críticos, reflexión, y transformación individual y colectiva”.
Lorenzo García ha valorado como “muy positivo” el trabajo desarrollado en Landarte. El director del Servicio de Acción Cultural ha destacado que este programa “rompe esa imagen subordinada de lo rural con respecto a lo urbano. Nos parece muy interesante crear las condiciones para generar en las localidades proyectos y experiencias de intervención cultural, no para buscar espectadores, sino participantes. Landarte es un programa muy especial, queremos provocar transiciones, prácticas no jerárquicas, no finalistas, no urbanas, nos interesa más el cómo que el qué, el proceso. Es un programa innovador que genera conocimiento en relación a buenas prácticas de intervención cultural”.
Por su parte, Marc Badal, del colectivo Kanpoko Bulegoa, ha relatado su experiencia desde el equipo de mediación de Landarte: “Ha sido un ejercicio de diálogo enriquecedor y constante, desde la selección inicial de sedes hasta las valoraciones finales. Hemos perfeccionado las distintas fases de trabajo, hemos conseguido procesos de mayor calidad que en ediciones anteriores. Nuestro trabajo ha consistido en el acompañamiento a los distintos agentes para ayudarles a disipar la sensación de incertidumbre que les invadía al principio”.
Badal ha repasado el perfil de las y los creadores participantes: “Este año hemos tenido un colectivo de arquitectos y urbanistas, una cineasta, una dramaturga y varios artistas plásticos”.
Proyectos de Landarte 2021
Ana Maestrojuan ha presentado «Cápsulas de información”, un proyecto de comunicación que nace de las voces de Murillo el Fruto. Como explica su creadora, “cuenta, mediante grabaciones de encuentros con habitantes del pueblo de distintas edades y procedencias, qué es y qué fue el pueblo para ellos. Múltiples voces, diferentes puntos de vista, grabados y representados de diversas maneras”. Maestrojuán ha generado unas cuñas sonoras que suenan desde la megafonía del campanario de la iglesia de esta localidad.
Pr0t0c0lectiv0 ha desarrollado “Descamino” basándose en la gran extensión que ocupa el Valle de Arce, la dispersión de sus poblaciones y la diversidad social y política que presenta. Para ello, repartieron un gran número de cámaras fotográficas de un solo uso entre los vecinos colaboradores de las distintas localidades para que registraran su visión particular del valle y su relación con el mismo, centrándose en su entorno cotidiano más inmediato. Posteriormente, se han trabajado las diferentes imágenes buscando líneas que conectaran territorios y atravesaran el valle a través de distintas formalizaciones”. La propuesta supone la creación de un archivo descentralizado, creado de forma colaborativa, desde el aquí y el ahora.
Katixa Goldaracena ha trabajado en un proyecto que, basándose en la tradición de Zubieta, reflexiona sobre la presencia del cuerpo en la vida. Como explica la artista, “invitamos a una cuadrilla de jóvenes a pensar al respecto en varias sesiones para experimentar-jugar partiendo del archivo de registros audiovisuales, fotográficos y escritos existentes que nos muestran momentos del pasado del pueblo. Un intento de traer al presente eso que el registro nos puede mostrar”.
La propuesta de Taxio Ardanaz en Ayesa, titulada “Cabalga cabalga” y enmarcada en el lenguaje de performance, es “una propuesta cinematográfica con referencias teatrales basada fundamentalmente en el diálogo de sus habitantes” en la que toda la acción sucede en un plano fijo y el paisaje humano se transforma siguiendo la trama. Se trata de una creación colectiva en todas sus fases: determinar un elenco de participantes, preparar un guion, identificar a los personajes, buscar las localizaciones, una banda sonora…” El proyecto, que ha contado con la participación de la artista Marión Cruza, ha consistido en el desarrollo de unos talleres para preparar una representación filmada.
El colectivo Conjunta apunta que con “De Chopera a Chopera”, mediante una dinámica participativa y efímera, “hemos pretendido involucrar a los habitantes de Murieta en una reflexión conceptual y de reconocimiento del lugar para impulsar un proceso mental de revalorización del antiguo paraje de Espeldoya, verlo desde otras perspectivas más abiertas para aflorar los potenciales usos de un lugar que llevaba tiempo en barbecho”. Para conseguirlo, el colectivo instaló en ese espacio medio millar de pacas de paja para que las y los vecinos interactuaran como si de un Lego gigante se tratase. En muy pocos días, se recuperó este espacio para el pueblo.
Por último, Arantza Santesteban ha filmado un pieza audiovisual, “Liluraren kontra. Romper el aura”, con la que ha pretendido indagar la relación afectiva que distintas personas del valle establecen con el paisaje de las Malloak. Para ello, como explica Santesteban, “he filmado el paisaje bajo el prisma del aura que supuestamente desprende”. El resultado se presentará el sábado 27 de noviembre en la localidad.
Proceso básico de Landarte
El proceso básico que lleva a cabo Landarte es el siguiente:
– Selección de las localidades (en colaboración con agencias de desarrollo) y análisis del contexto y la documentación de cada una de ellas por parte del equipo coordinador.
– Selección de creadoras y creadores en base a ese análisis de cada localidad.
– Definición y desarrollo de procesos creativos, con participación plena de la comunidad rural.
– Documentación y difusión de cada proceso / proyecto.
– Evaluación a 3 bandas (artistas + localidades + equipo coordinador).
– Relevo para el 2022 (localidades que ya han pasado por el programa contribuyen a mostrar su experiencia a futuras localidades participantes).