Cultura contemporánea y ruralidad

Falces / Visita 2

Esta vez vamos en coche. Muy pronto. Llegamos a las nueve de la mañana. Salir de Pamplona es como en todas las ciudades. Coches y autopistas. Ya no existe lo rural. O por lo menos no en estas distancias. Todo es una gran ciudad. O todo es un gran pueblo. Solo hay más acumulación o menos. Solo hay más distancia en el tránsito o menos. Más sol o menos. Pero las vidas son parecidas. Vivimos en una gran fábrica.

Nos reunimos con G. Encantadora. Nos da una vuelta perimetral por el pueblo. Se nota que es la concejala de urbanismo. Se enfoca en los edificios, en los terrenos, en las casas, las propiedades, el estado de las mismas. Es cierto lo que dice. Un casco viejo precioso pero descuidado. Las herencias. Como en muchos pueblos, el que hereda no puede mantener la casa y se descuida. Esas casas se alquilan a trabajadores precarios. Trabajadores precarios en casas precarias producen un caso viejo precario. También hay palacios y casas bien cuidadas. Nos cuenta cómo no se respeta la arquitectura del lugar. La gente hace los arreglos a su manera.

Vamos al ayuntamiento. Hemos quedado con F. Asistimos a una presentación de niños del colegio que presentan sus proyectos de emprendeduría. Nos encanta verlos. Nosotros somos autónomos. Nos encanta ser nuestros propios jefes. Ojalá estos niños puedan emprender. Lo hacen parte en español y parte en inglés. Una sorpresa. Allí, en Falces, un pueblo alejado, o quizás no tanto, se habla en inglés y en español, como en Miami. El concejal de desarrollo económico, J, les recibe. Un chico muy majo. Les escucha, les pregunta. Solo nos extraña una cosa. Ningún niño ha ideado una empresa online, ni de diseño, ni de videojuegos. Proponen solo tiendas físicas. Nos quedamos al final hablando con F y J. Un buen rato. Terminamos hablando de inmigración. Ya sabíamos que es un asunto importante. El choque de culturas. Tantos años de migraciones y no se sabe mediar. No solo en Falces, en todo el mundo.

Nuestra tercera conversación es con A e I. Nos invitan a un café y a un pincho en la plaza. Todavía no aprieta el calor. Se está muy bien. La conversación está llena de buenas historias. Una de ellas es que de jóvenes hicieron una manifestación para que no echaran a las monjas progresistas del pueblo. Qué tiempos. Otra, muy importante en esta investigación, es que todos y todas las vecinas pertenecen a un grupo cultural. Teatro, coro, mujeres, grupos de música, grupos de jóvenes, la ludoteca… Ellas pertenecen a la asociación de mujeres Las Arcas, cuentan con cuatrocientas socias. El teatro es importante. Nos explican que nunca se juntan todas las asociaciones y grupos culturales del pueblo. Aquí surge una idea. Un espacio común de asociaciones. ¿Cómo materializarlo?