Cultura contemporánea y ruralidad

Leache/Leatxe / 27.06.2022

Es viernes. He cogido el coche y me acerco a Leache por primera vez sola. No he quedado con nadie, vengo a explorar el terreno por mí misma. Sin entrar en el pueblo decido dirigirme hacia el monte: veo olivos y alguna viña, paso por un pinar de pino laricio, descubro en la sierra los molinos de viento que no se ven desde el pueblo y un robledal que tampoco esperaba encontrar. En lo alto, a casi mil metros de altitud, encuentro varias ruinas de antiguos corrales y campos de cereal. Ya de vuelta, paso con el coche por el pueblo. Al pasar por delante de una casa, veo a una mujer que lee en su jardín. Levanta la vista del libro y me mira. Yo continúo. Unos metros más adelante, una pareja limpia el coche delante de su casa. Ambos se dan la vuelta cuando escuchan el motor de mi coche acercarse. Nuestras miradas se cruzan. Sigo por la carretera notando las miradas de todo aquel con el que me cruzo.

Es domingo. MC me enseña las instalaciones del ayuntamiento. Hay una foto aérea del pueblo. Me acerco para intentar reconocer en la foto las calles que acabo de transitar. En la parte baja de la foto descubro dos hombres parados en medio de la carretera mirando hacia arriba. No son los únicos, otro hombre observa la avioneta en una calle, cerca de una persona que mira hacia el cielo desde el balcón.

Ambas imágenes/situaciones se unen en mí. Intuyo la pregunta de quien me mira a mí o a la avioneta: «¿Quién eres y qué haces por aquí?». Y la entiendo, esa mezcla de extrañeza y curiosidad. Yo también he mirado así a quienes han venido por primera vez a mi pueblo.

– Maddi Barber