Cultura contemporánea y ruralidad

FICCIONES. Imaginar sin quemarse en el intento

A través del ejercicio de ficción podemos adquirir herramientas que nos permitan anticipar y debatir el futuro. La imaginación, con el objeto de arrojar ideas que nos sirvan de horizonte, puede ser un gran ejercicio social y emocional. Probar o ensayar posibilidades de futuro para nuestro pueblo sin coste o riesgo alguno, ya que en el contexto del imaginar podemos equivocarnos, debatir, observar y explorar las diferentes opciones que nos pueda traer el futuro. La ficción activa y moviliza nuestra propia realidad, la tangible, transformándola o movilizando la relación que tenemos con ella. En esta línea hemos propuesto el ejercicio en el proyecto para Jaurrieta.

En una especie de encuentros por grupos de tres, cuatro o cinco personas, de diferentes edades o con variadas necesidades y vinculaciones con el pueblo, hemos desarrollado conversaciones donde se han diseccionado los retos que enfrenta Jaurrieta e imaginado colectivamente posibles soluciones para el futuro. Más de 60 voces han dejado sus ideas y propuestas grabadas en audios como exclamaciones al futuro.

Más allá de la genialidad de las ideas o propuestas, que las hay muy ricas y ambiciosas, el encuentro entre habitantes ha sido el punto de inicio de algo profundo: colocar la esperanza de la supervivencia del medio rural en una acción de imaginación propositiva. Está siendo un viaje colectivo a las posibilidades que brinda el mañana. Desde las ideas más obvias y realistas hasta las más locas o impregnadas en el juego del delirio, nos han servido para activar una mirada hacia el pulso del devenir de los pueblos semejantes a Jaurrieta. Las propuestas, con visiones de absoluta ficción, nos sirven para diseccionar retos y problemáticas que nos acechan ya en el día a día. Desde el ejercicio de imaginación podemos ampliar pues, el horizonte y futuro de Jaurrieta, como asidero para enfrentar y transformar el presente. Para con todo ello poder articular un mecanismo con el que compartir esas posibilidades. Y todo esto está sucediendo ya, desde el minuto cero de cada encuentro en estos conversatorios, que han dejado un sabor de esperanza, despertando inmediatamente fuera de las sesiones, charlas, compartires e incluso debates. La ficción genera disensos y/o consensos, cambiando la percepción de lo sensible. De esta manera, puede transformar la forma de relación entre apariencia y realidad.

Según el filósofo Jacques Rancière, la ficción no es lo contrario de la realidad. La ficción, como una forma de esculpir la realidad, genera imágenes, historias o metáforas que multiplican la propia realidad. Así, bajo esta misma idea, grabando las voces de los habitantes de Jaurrieta estamos intentando articular un ejercicio de reflexión colectiva-comunitaria en la que el único riesgo que adquiramos sea el deseo de un futuro vivo.