Cultura contemporánea y ruralidad

El oro blanco

Oro blanco, así le llamaban en Jaurrieta a la patata. Durante varias décadas Jaurrieta se convirtió en el gran cultivo de patata de Navarra. Patata para simiente, que se exportaba al resto del estado para su cultivo en otras tierras. Trajo trabajo, economía, recursos y una implicación comunitaria a una actividad agraria que en pocas zonas habrá sido tan absoluta. ¡Ponía patata hasta el cura! Tal fue la identificación de Jaurrieta con la patata que se convirtió en algo casi identitario.

¿Quién no ha visto en los ultramarinos de barrio “patata de Jaurrieta”? A pesar de que la inmensidad de la producción era para siembra, generó tal sello-marca que algunos lo usaron como gancho de venta, dando a entender que el producto a la venta era local, verdadero y sobre todo muy rico.

Y es que la patata trajo abundancia al Pirineo durante las décadas del 40 en adelante, hasta que la entrada en la Comunidad económica Europea hizo que la competitividad se disparara en detrimento de Jaurrieta.

La búsqueda de oro, como en los wenters yankies, siempre tuvo truco. No todo lo que reluce es oro, no al menos para siempre. Y esta abundancia de la patata nos recuerda a aquella época de migraciones para “hacer las Américas”, que también en Jaurrieta tuvieron su momento glorioso. En ese caso hubo muchos que allí se quedaron, otros volvieron, y alguno que otro hizo mucho oro. El oro, que en pocas ocasiones se convierte en algo tangible para el común de los mortales, adquiere algo de deseoso, de solucionador de problemas, quizás. El ansia de encontrarlo, de tenerlo, de acariciarlo, siquiera, nos ha llevado, a migrar, volver, hacer, migrar, hacer, volver… en una rueda infinita que tiene algo de realidad y mucho de anhelo, deseo y ficción.

El “oro blanco” trajo felicidad y estabilidad. Opulencia, alegría, comunidad, ahora convertidos en recuerdo. La gente marchó después. De nuevo marchó del pueblo en busca de la vida, la salida. En busca de otro “oro” llamado en este caso la Ciudad. Lo urbano se convirtió en el oro de las Américas, el nuevo oro blanco.