Después de varios días preparando el rodaje en el valle, al fin hoy empezamos. Nos quedan por delante 4 días, y una previsión meteorológica desastrosa. Vienen tormentas. Veremos si podemos concluir el rodaje o tenemos que volver otro día.
Quiero filmar dejándome llevar a ratos. Sin la presión del guion técnico, que tan necesaria es a veces y tan castrante otras. Los días de inmersión en el valle han sido tan mágicos que me gustaría filmar fiel a esas sensaciones. Filmar la luz que desprende ese «posible aura» es uno de mis propósitos y para ello me acompaña Ainhoa. Buscamos hacer aparecer ese aura, hacerlo presente. También estamos abiertas a frustrarnos por no conseguirlo. Ainhoa está tan emocionada como yo con la idea de captar la luz que aparece tras la verticalidad de estos montes.
Marc y Anne me han dejado un libro: Filosofía vegetal (Madrid: Abada, 2018) de Fernando Calderón Quindós. Leo en la página 224: «Su ascensión [de Gesner] al Mont Pilate en 1955, de la que ofrece una preciosa relación en una célebre carta al médico Huber, es quizás el primer testimonio literario en el que aconseja la práctica del paseo como forma de conocer la montaña. Apoteosis de los sentidos, la montaña brinda al viajero un repertorio de experiencias inigualable. El hombre registra en su cuerpo los accidentes del terreno que pisa, las mudanzas del viento que sopla; los ojos se vuelven un observatorio móvil que recoge una sucesión de imágenes extraordinarias; el oído aprecia el silencio de la soledad en las cimas altas, o el gorjeo de los pájaros de fondo de los bosques (…)».
Intuyo que esta relación de Gesner con el paisaje vertical de las montañas se ha vuelto dominante para l*s que hemos crecido en la ciudad. Quiero filmar y explorar cómo es la relación con el paisaje para algunas personas que habitan este valle.
Empezamos.