Cultura contemporánea y ruralidad

APYMA, un paseo y visita al Museo ‘las Eretas’

Me dirijo a Berbinzana por segunda vez tras la primera visita con Anne y Marc, los cuales forman el equipo de mediación y dinamización de Landarte. 

El pueblo me recibe con la “L” de Landarte colocado en un antiguo poste eléctrico que Asier, el concejal de cultura, ha colocado en su punta con la ayuda de otra persona y unas cuerdas.

En esta ocasión me encuentro primero con Bea, socia de la apyma del colegio del pueblo. Conversamos sobre el papel de la Apyma, la cual presenta un formato un tanto diferente a las apymas convencionales. Me cuenta que en ella están inscritas familias que no forman parte del colegio, algunas de estas son familias “de fin de semana”. La razón de esta particularidad se encuentra en que esta organización organiza actividades y eventos más allá de los límites escolares. Chocolatadas, el día del “muete”, campamentos urbanos, una carrera de cross infantil… todo ello enmarcado en épocas no escolares como verano o Navidad. 

Tras esta charla con café en la taberna del pueblo le pido a Bea que nos demos una vuelta por Berbinzana. Visitamos el colegio, las instalaciones deportivas, la plaza del ayuntamiento, el río Arga y terminamos en el museo “Las Eretas”, donde nos esperaba Chari, la guía del museo para hacernos una visita guiada. 

A esta visita acuden además de Bea y yo: Asier y Meritxell, concejales de Berbinzana; Ángel, el alcalde; Nieves, de la asociación de mujeres “Laguna”; Juncal y Daniel.

La visita comienza en el exterior del museo, donde se encuentra el yacimiento arqueológico. Vamos rodeando poco a poco los restos de este pueblo de la Edad de Los Metales ubicado junto al río mientras Chari nos explica cómo vivían sus habitantes en el Siglo VI a.C. Su descubrimiento se debe al proyecto de construcción de las piscinas municipales en el año 1990, justo al lado de la antigua fábrica de conservas la cual cumple ahora la función de centro cívico y museo. 

Tras la visita, nos vamos todos juntos al bar de la piscina, donde ponemos en común las diferentes opiniones sobre el papel del museo en Berbinzana. Hablamos también del río, de las cosas que han cambiado en el pueblo… 

La mayoría tienen ganas de saber qué es lo siguiente, qué va a pasar y qué es lo que vamos a hacer.